NO HAY SUEÑOS IMPOSIBLES
Texto: Paco Vargas
Fotos: Javier Fergo/Festival de Jerez
Ya intuíamos que lo que el bailaor granadino Manuel Liñán nos presentaría no iba a ser un espectáculo al uso, pues si bien es cierto que él nunca fue un artista corriente esta vez reafirmó su concepto libre del arte flamenco con el que reivindica su derecho a bailar y a vestir sobre el escenario como le apetece en cada momento. Salió vestido de chaqué negro, bailando y dirigiendo. Y puso al público de pie. Entregado desde el minuto uno. Y junto a él, David Carpio y Manuel Valencia dieron una lección de cante y toque flamenco, y de profesionalidad artística, asumiendo papeles hasta ahora desconocidos para ellos, que debiera tener un reconocimiento mayor. Pues si Carpio, cantó profundo y muy jerezano, la guitarra de Manuel Valencia supo dar la réplica musical con precisión y ajustada a las necesidades de la obra en la que las luces y la escenografía sencilla y justa ayudan al triunfo final.
La malagueña al estilo de Sebastián Muñoz “El Pena”, los martinetes oliendo a Jerez, las soleares al estilo de Triana y de Manuel Celestino Cobos “Cobitos” –jerezano de nacimiento y granadino de adopción artística-, con remate de cuplé por bulerías (“Tres puñales”), que significaron la apoteosis. Quizá fue el baile por soleá de Manuel el que acabó de arrancarnos la emoción más palpitante. A modo de transición, el toque por seguiriyas de Valencia –de la más pura escuela jerezana-. La coreografía de las sillas también es propia –es la primera vez que la vemos-, en un juego a tres en el que el papel de Carpio y Valencia es imprescindible y Manuel saca de ellos lo mejor. Pero antes, los tangos –lentos y más rítmicos-, que acaban en mariana, los borda maravillosamente.
Y para redondear el sorprendente espectáculo, bailó las cantiñas (alegrías, mirabrás, romeras, pincelada de caracoles) luciendo con elegante y desbordado salero su bata de cola en un juego de compases que consigue la redondez del baile. Se va al encuentro de la raíz y baila la jota del bastón. La bata de cola y el mantón ya forman parte de su cuerpo. Los maneja con tal soltura que ya quisieran muchas bailaoras ser tan flamencas. Las bulerías finales son un punto sin retorno para la emoción desbordada del respetable, que ya había interrumpido varias veces con sus sinceros aplausos, pero ahora explota en un alarido de júbilo que inunda el teatro de felicidad.
Pero, el bailaor granadino no está satisfecho y nos regala un nuevo número, un modo de performance, también distinto y uniquito, en el que el agua y el tiempo resumen un sueño posible y tangible. Como solemos decir y escribir, lo que es bueno no hace falta explicarlo sino sentirlo y disfrutarlo. Y este espectáculo es grande. Y muy flamenco. Y muy libre. De autor, autor, autor…
Ficha:
XXII Festival de Jerez. Título del espectáculo: “Baile de autor”. Lugar, fecha y hora: Teatro Villamarta, 24 de febrero, 21:00 horas. Aforo: Lleno. Baile: Manuel Liñán. Cante: David Carpio. Guitarra: Manuel Valencia. Dirección artística y coreografía: Manuel Liñán. Diseño de iluminación: Olga García. Diseño de vestuario y escenografía: Felype de Lima. Vestuario: Héctor González, Gabi Besa. Sonido: Kike Cabañas. Producción: Ana Carrasco.