Mientras llega la noche inmortal
Cuando la luna sea la postrera
Quiero arreglar mis asuntos en la tierra
Antes de viajar al lugar soñado eternidad
No puedo dejar una sonrisa
Pues nunca –creo- sonrió un muerto
Ni regalar mis versos y mis rimas
Si ya fueron esparcidos por el viento
Os dejaré el último poema
Despidiendo olor a crisantemo
Pero nunca impregnado en sufrimiento
Ni mojado por el agua de la pena
Diré adiós sin darle eco
Seré olvidado. Vacío el hueco,
ocupado será por el silencio
Nadie echará de menos este muerto