Niño de Elche en su esperpéntico concierto con Israel Galván travestido de bailaora. ÓSCAR ROMERO
EL "CANTICIDIO" DE NIÑO DE ELCHE
EL "CANTICIDIO" DE NIÑO DE ELCHE
MANUEL MARTÍN MARTÍN Sevilla26 sep. 2018
El alcalde Juan Espadas queda marcado programando a quien sólo invita a la violencia
El Niño desacraliza el templo flamenco de la ciudad de Sevilla, el Teatro Lope de Vega
Concierto: 'Antología del Cante Flamenco Heterodoxo' / Cante: Niño de Elche / Guitarra y percusión: Raúl Cantizano / Teclados, sintetizadores y electrónica: Susana Fernández (Ylia) / Palmeros: David Bastidas y Alicia Acuña / Artistas invitados: Israel Galván y Eduarda de los Reyes / Lugar y fecha. Teatro Lope de Vega. 25 de septiembre de 2018 (Un punto negro)
Salió al escenario y empezó la ceremonia circense. Se desnudó hasta quedarse en gayumbos. Se vistió con traje hecho a medida para cuando fuese mayor, y cuando se disponía a empezar la mamarrachada, ya demostró que no sabe ni sentarse en la silla.
Irrespetuoso con las creencias religiosas -la católica, claro, la musulmana ni tocarla-; menospreciando a Dios, manifestando su odio a Antonio Burgos, su traición al cante, con el coño en la boca y hablando tan "fisno" como un zafio que entre berridos y graznidos entremetía charlas sin sentido ni idea de lo que hablaba, este patán sonoro babeó en la farruca, indujo a lo irracional en la seguiriya del Nitri, hizo del Mellizo una voz pagana, de la saeta del Mochuelo la de la Lechuza, emuló a la cabra en la mariana, dio un mitin como antitaurino con Israel Galván travestido de Eduarda de los Reyes, le tomó el pelo hasta a sus mariachis con dos canciones de diván de psiquiatra e incluso osó golpeó el escenario con el pie de micrófono hasta que lo vio rodando por el suelo.
Así que tras una hora y cuarto de soportar el payaseo y el agravio de quien no sé si conoce los cantes pero seguro que no se habla con ellos; de ver cómo se ultrajaba a la cultura en la que me he criado, o cómo vomitaba sobre el flamenco este cantamañanas con el dinero de nuestros impuestos gracias al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y al director de la Bienal, Antonio Zoido, me levanté y me fui a arrojar a la calle buscando el por qué.
Veamos. Francisco Contreras es un individuo que en 2002 ganó en Almería un concurso con el que se le abrieron las puertas de la Fundación Cristina Heeren. Un año después se dio a conocer como Niño de Elche, y viendo que los concursos y el cante atrás era muy duro porque había que ser persona y cantar al menos medio bien, se declaró "artivista" (sic), buscó los mejores compañeros de viaje para llamar la atención y se convirtió en mediático, al punto que ha conseguido su objetivo: desacralizar el templo flamenco de Sevilla, el Teatro Lope de Vega, con la 'Antología del Cante Flamenco Heterodoxo'.
Contreras necesita, pues, de la provocación, y si alguien disiente no duda en escupirle a la cara, injuriarlo y hasta amenazarlo. El personaje se presenta como "exflamenco", esto es, que ha perdido la condición de flamenco. Y la pregunta de Perogrullo es: ¿Por qué lo contrata entonces el director de la Bienal de Flamenco? ¿Por qué este fraude cultural?... Porque el negocio político por estos pagos está en hacernos creer que el Ayuntamiento de Sevilla está por el flamenco.
Por lo escuchado en la bombonera sevillana, de la que también hizo bromas, y que no resiste el más mínimo análisis porque todo fue un insulto a la inteligencia, este chico no arremete contra un sistema o ideología flamenca, sino contra una identidad musical para convertirla en farsa y en mascarada, que es su terreno. Por eso no es alternativa a nada. Es, en cambio, el monopolio del esperpento, la desnaturalización del flamenco, el caos musical contra el orden, un acto de vandalismo cultural que no podría acabar más que en una descomposición intestinal.
Berreos, aullidos, graznidos, chirigotas, gansadas, bufonadas, 'blabladurías',... Esa es su propuesta. Y además se llama heterodoxo porque está disconforme con el dogma del género que le da de comer, cuando en lugar de intentar reprogramar la ortodoxia para que sea más abierta a nuevas formas de trato y pensamiento, utiliza la histeria inquisitorial.